Jose Macías – Oaklawn Academy 12-13
"UNA DECISIÓN DE LA CUAL JAMÁS ME ARREPENTIRÉ DE HABERLA TOMADO"
Este año fue simplemente el mejor de mi vida. Y sí, mi año de estudiante en la Academia fue extraordinario, pero este simplemente estuvo un escalón mas arriba.
Tengo 18 años y mucha gente me pudo haber dicho que a qué iba, que era un año perdido, que no valdría la pena; me preguntaban que qué iba a pasar con la universidad, la familia, la novia… y claro, fue un pequeño sacrificio, pero cada dia, cada momento que pasé en Oaklawn valió la pena y esta es una decisión de la cual jamás me arrepentiré de haberla tomado.
Siempre estaré agradecido, principalmente con Dios, con mis padres y con las personas encargadas de Oaklawn Academy, por haberme dejado vivir esta experiencia única e irrepetible, donde no simplemente ayudé a la formación de los niños, sino que de ellos aprendí cosas que jamás me hubiera imaginado. Fue un año de crecimiento tanto humano, como espiritual, intelectual y apostólico… un momento, a que les suena? Así es, pude seguir creciendo y formándome como un Hombre Integro, aun siendo colaborador.
Momentos inolvidables los que pasamos juntos, todos los recuerdos que se me vienen a la mente simplemente al cerrar los ojos: los viajes, los paseos, las ‘special activities’, todo; pero nada como los lazos de amistad que Oaklawn me dio la oportunidad de formar durante estos meses ahí, amistades que sé duraran por el resto de mi vida.
En este año aprendí muchísimas cosas, tanto humana como espiritualmente. Aprendí que sin Dios nada soy, que El es el único capaz de ayudarme en los momentos difíciles de la vida, que El es el único que siempre está esperándome con los brazos abiertos a que vaya a su encuentro, que El siempre esta a mi lado no importa lo que pase, que El es el ejemplo perfecto de vida y que siempre tengo que esforzarme por llegar a ser como El.
También aprendí a nunca darme por vencido, a seguir luchando por mis metas y objetivos en la vida a pesar de las adversidades, a dar siempre lo mejor de mi; que una verdadera amistad no solo es pasar buenos momentos juntos, o compartir lo bueno, sino también compartir tus problemas, los momentos amargos y tristes, con alguien a quien realmente puedas confiar y que siempre buscará lo mejor para ti; a hacerme mucho mas responsable, porque estar a cargo de un grupo de 40 niños no es sencillo. Con ellos aprendí no solo a jugar el rol de ‘Míster’ sino también el de papá, de mamá, de doctor, de entrenador de futbol, de asistente, de hermano mayor, de guía espiritual, de consejero, de amigo, etc. Algo valiosísimo que también aprendí fue que sólo es muy difícil salir adelante, y en esto hago mención honorifica a Mr. Ostos y a Br. Alonso que juntos supimos formar un gran equipo de trabajo, que siempre compartimos la misma meta y eso me ayudó a que este año fuera mucho mas sencillo. Pero si hay algo con lo cual me quedaré por el resto de mi vida es que sólo podemos encontrar la verdadera felicidad cuando te das a los demás desinteresadamente, cuando buscas el bien del prójimo, cuando amas lo que haces y lo ofreces todo a Dios; esta es la mas grande enseñanza de este año.
En fin, esto es solo un poco de lo mucho que Oaklawn me enseñó durante este año de Colaborador, y por lo cual siempre estaré agradecido. Fue muy difícil decir adiós a todas las maravillosas personas con las que Dios me permitió encontrarme, pero sé que es parte de la vida y quiero decirles que siempre los llevaré en mi corazón.