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Pablo Rodríguez – Dublin Oak 15-16

"SER COLABORADOR ES UN REGALO DE DIOS PARA ENCONTRARTE INTENSAMENTE CON SU AMOR"

Los colaboradores son jóvenes de Regnum Christi que dan uno o mas años de su vida al servicio de la Iglesia. Durante este tiempo viven la misión de ser un testimonio del amor de Dios y de colaborar en la transformación de la humanidad, a través de obras, apostolados y carisma del Regnum Christi.

Empezando tercero de preparatoria, me llego una foto de un amigo empezando su año de colaborador, ahí fue cuando sentí por primera vez la inquietud de hacer lo mismo. Pronto inicie el proceso de admisión, que el mío tomo mas tiempo de lo común pero por fin en Mayo me aceptaron y  el 15 de Julio empecé el cursillo de formación  que dura en un mes. El cursillo ha sido uno de los mejores meses de mi vida, fue increíble encontrarme con 32 jóvenes casi todos de la misma edad con el mismo deseo de responderle a Dios. Se creo una conexión muy grande entre todos  y especialmente con Dios que me lleno para estar listo para empezar el año de colaborador en el destino que recibí.

“Se creo una conexión muy grande entre todos  y especialmente con Dios que me lleno para estar listo para empezar el año de colaborador en el destino que recibí.”

Mi destino es una Academia que recibe cada año alrededor de 100 alumnos que durante 9 meses con el acompañamiento de todo un equipo para su formación los ayudan a recibir una formación integral.

Llevo ya 8 meses en la Academia como formador junto con 4 colaboradores. “Amaras a tu prójimo como a ti mismo” es la frase que he leído muchas veces y me he dicho a mi mismo: “por supuesto”, pero es en estos meses que he vivido como colaborador que he experimentado la cruz que conlleva seguir este mandamiento de Amor.

En muchas ocasiones siendo formador quieres cambiar a los demás en un instante, imbuir en los demás lo que tú has experimentado. Es un deseo con una buena intención pero hay que recordar que “Dios ama y el amor no se impone; se propone”. No soy yo sino Él quien irá transformando a los demás en su interior.

Ser colaborador es una gran bendición que me ha permitido encontrarme intensamente con Dios.