Lorena Suárez – Sevilla 15-16
"EL MEJOR AÑO QUE HE RECIBIDO"
Me llamo Lorena Suárez, tengo 23 años y me fui de colaboradora en el 2015 – 2016 a Sevilla, España. Hice mi cursillo en Cotija, una de las mejores experiencias de mi año, el poder compartir mi fé y darme cuenta de que habían muchas más niñas que pensaban y vivían como yo, esto me hizo darme cuenta de lo afortunada que siempre he sido por la formación y ejemplo de vida que recibí por parte de mi familia y en la escuela. (Instituto Cumbres Alpes Querétaro). Este mes fue lo que me motivó e impulsó a querer dar mi año, porque siendo sinceros no estaba muy segura de querer hacerlo en un principio. Fue una motivación porque el darme cuenta de que estando cerca de Dios y de gente que te hace más fácil el camino te da la verdadera felicidad que tanto buscamos los seres humanos, me motivó a querer conocer más acerca del movimiento acercarme más a Dios y poder ofrecerle un año de mi vida como agradecimiento por tanto que había recibido siempre.
Mi año como colaboradora es el mejor regalo que he recibido. Ese año me sirvió de formación, crecimiento y aprendizaje tanto personal como espiritualmente. Fue un año difícil porque no todo es color de rosa definitivamente, implica muchas renuncias y cambios en el estilo de vida que estaba acostumbrada a llevar, el extrañar a mis amigas, amigos y familia es de lo más difícil de mi año, pero cada experiencia vivida en este año valió la pena.
El vivir con 9 consagradas me hizo darme cuenta de la importancia y valor que tiene su vocación, una entrega de amor completamente desinteresada y sincera a Dios y a los demás. A darme cuenta de que son tan humanas como somos nosotros y que a pesar de eso ellas trabajan constantemente en buscar ser mejores cada día, con dificultades en el camino, pero siempre confiando en que los planes de Dios son perfectos y llenándose de energía a través de la oración y la Eucaristía. Doy gracias a ellas porque hicieron de mi año una experiencia única, en cada momento estuvo alguna de ellas presente para recordarme cuánto me ama Jesús y que tan feliz estaba de que yo estuviera ahí. Gracias porque con su paciencia, compañía y amistad pude aprender muchas cosas, pude mejorar en muchos aspectos de mi vida principalmente en la oración, con todos sus consejos, talleres y compañía al rezar como comunidad me ayudaron muchísimo a profundizar y hacer más personal y cercana mi oración, gracias a esto logré tener una amistad mucho más sincera y honesta con Jesús y María. Mi dirección espiritual y confesiones fueron clave en mi año, fueron de los momentos más duros en ese año, pero a la vez los más decisivos e importantes, el darme cuenta de muchas cosas personales que debía de cambiar, muchas inseguridades, formas de pensar y actuar que no me hacían mejor persona y que dolía reconocer pero sabía que tenía que trabajar y poner los medios necesarios para lograr mejorar en esos aspectos para poder llegar a ser la persona que siempre he querido ser, una mujer integra y auténtica que sabe amar y darse desinteresadamente a los demás siempre de la mano de Jesús.
“Estando cerca de Dios y de gente que te hace más fácil el camino te da la verdadera felicidad que tanto buscamos los seres humanos”
Gracias por la confianza que me otorgaron en toda la organización, logística y espiritualidad de los apostolados, horas eucarísticas, retiros, misiones, etc. porque me hicieron vencer miedos e inseguridades propias, logrando nuevas metas y objetivos que ayudarían a la espiritualidad de las niñas y niños. Retos y tareas que implican humildad al reconocer que somos un instrumento de Dios y las cosasson para él y por él, no buscar llevarte el crédito tú como persona por haber logrado algo, porque realmente Dios es el que está trabajando a través de ti. Gracias a mi hermana colaboradora, Andrea Lobo porque me hiciste darme cuenta de la realidad de muchas cosas de la vida, me hiciste ser más humana, más sencilla y aprender a disfrutar cada momento de nuestro día a día. Con tu ejemplo pude valorar más el amor a la familia y a los verdaderos amigos, a ver la vida de una forma más sencilla y de buscar siempre estar más cerca de Jesús y verlo como un amigo más cercano.
Gracias a los sacerdotes legionarios con los que traté en mi año, por todas las misas, comuniones, confesiones, exposición del santísimo todas las noches, porque gracias a esto pude mantenerme firme en mi decisión en momentos de crisis y duda, estando siempre llena de Dios y viviendo de la manera más plena mi año como colaboradora. Gracias a la comunidad de Sevilla y España en general por haberme acogido desde el primer día que llegué, por hacerme sentir como en casa, por todas las muestras de atención que siempre tuvieron conmigo y que siempre han tenido con las consagradas y sacerdotes. Una comunidad llena de Dios y con muchos planes y proyectos que han cambiado la vida de los niños, jóvenes y matrimonios. Gracias porque me hicieron darme cuenta del verdadero valor de la familia y de la comunidad Regnum Christi.
Por último gracias a ti Jesús por haberme llamado ese año como colaboradora por haberme dado la oportunidad de vivir más cerca de ti, de conocerte más, de quererte y de admirarte cada día más, pero principalmente por haberme permitido verte como alguien más cercano, más humano y poderme identificar contigo a través de tu palabra, lograr ver el contenido de la Biblia de una manera totalmente diferente a como lo hacía, hacer real, presente y viva tu palabra. Gracias por hacerme ver y querer a María como una madre, como una compañera fiel en todo momento y como una ayuda a poder comunicarme y acercarme a ti.
No tengo palabras para agradecer a mi familia, amigas, consagradas y sacerdotes cercanos por haberme apoyado y motivado en esta decisión que sin lugar a duda ha sido la mejor que he tomado hasta la fecha. Por último simplemente decir que si, el irte de colaborador con el Regnum Christi es una experiencia única e irrepetible que marca un antes y un después en nuestras vidas. Un año que te marca para toda tu vida y que te motiva a amar y buscar crecer y ser mejor cada día. Un año que me hizo descubrir el verdadero valor de una amistad y compañía para toda la vida.